lunes, 31 de marzo de 2014

EL CUENTO

EL CUENTO.
Por Alba Garzón

-Abuela, ¿dónde vas?
-Ya es hora de que me marche.
-Pero mañana vuelves, ¿no? Tienes que terminar de contarme el cuento.
-No –dijo con una leve sonrisa-, esta será la última vez que nos veamos, mi querida nieta.
-¿Y qué pasa con la princesa? ¿La rescata un príncipe o se queda encerrada en la torre?
-Ella es diferente a las demás. Se sale del cuento y vive la vida sin un guión, siendo feliz.
-¿Tú también vas a salir del cuento, de la vida, y vas a ser feliz? –comienza a decir entre lágrimas.
-Sólo lo seré cada vez que sonrías.
-Entonces jamás dejaré de sonreír, aunque esté triste por dentro.
-Así quiero que estés, sonriendo ante las adversidades.
-¿Seguirás allá arriba con tu silla de ruedas?
-No cariño. Allí podré caminar, saltar y volar. Estaré de maravilla, no te preocupes por mí.
-No quiero que te vayas –le dijo la niña, rompiendo a llorar.
-Eh, pequeña, enséñame esos dientes tan bonitos. Cuando estés triste recuerda que yo también lo estaré. Tú no quieres eso, ¿verdad?
-No, nunca lo querré.
-Pues, entonces, no dejes que nadie ni nada te robe esa sonrisa que me ha estado dando la vida cada día.
-De acuerdo, abuelita.
-Ya es la hora, tengo que marcharme, te quiero mi niña.
-No, por favor. ¡Quédate! ¿Abuela? Oh, no…
Cuando entendió que no volvería, gritó por última vez: “¡Quédate!”. De pronto, abrió los ojos, húmedos, y la vio en su silla de ruedas acercándose rápidamente.
-Cariño, ¿qué te pasa? –La protegió entre sus brazos y le dio un fuerte beso en la frente-. Sea lo que sea, tranquila, sólo ha sido una pesadilla. Estoy aquí contigo. Ya pasó.
-Abuela, ¿me puedes prometer algo?
-Sabes que lo daría todo por ti, mi vida, así que te puedo prometer lo que quieras.
-Nunca salgas de este cuento, por favor.
-Claro que no. Siempre estaré tanto en tu corazón como a tu lado, te lo prometo.
-Te quiero.

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