ARTISTA DE ILUSIONES
Te prometió luz dorada al final de los colores
Pero tanta belleza cegó tu cordura.
Viajera te perdiste en los fulgores,
En la cálida sonrisa y su dulzura.
Orbitaste entre tinieblas sosteniendo una flama de esperanza,
Luchando por no perderte.
En cada nuevo amanecer más firme tu templanza,
Motivo y ambición por ser más fuerte.
El artista de ilusiones te prometió un final luminoso,
Sonriendo para deslumbrarte con magia indescifrable.
El Artista te encerró en un calabozo,
Una cárcel de amor confortable.
Tú pierdes la cordura cuando los anhelos invaden tu mente,
Caminando con la esperanza de llegar a esa luz.
Mientras el artista crea ilusiones de un amor ausente,
Poniéndote sobre tu espalda una pesada cruz.
Pero quien te ama no brilla como el artista,
Tan opaco que requiere de luz artificial para vislumbrar su figura.
Su virtud nuca salta a la vista,
Ni su corteza emana ternura.
Tan sólo un hombre que carece de hechizos alienantes,
Tan libre como la raíz en la tierra.
No posee luces fulminantes,
Ni puede volar pues la altura le aterra.
Simple, no compuesto de maravillas,
No es producto de sentidos engañosos.
Por poco un mendigo de vestiduras sencillas,
Capaz de destruir calabozos.
Quien te ama camina por el sendero acompañándote,
No siendo propietario de la luz anhelada.
Pero en cada día seguirá enseñándote,
Que sólo tú eres su mujer amada.
Te prometió luz dorada al final de los colores
Pero tanta belleza cegó tu cordura.
Viajera te perdiste en los fulgores,
En la cálida sonrisa y su dulzura.
Orbitaste entre tinieblas sosteniendo una flama de esperanza,
Luchando por no perderte.
En cada nuevo amanecer más firme tu templanza,
Motivo y ambición por ser más fuerte.
El artista de ilusiones te prometió un final luminoso,
Sonriendo para deslumbrarte con magia indescifrable.
El Artista te encerró en un calabozo,
Una cárcel de amor confortable.
Tú pierdes la cordura cuando los anhelos invaden tu mente,
Caminando con la esperanza de llegar a esa luz.
Mientras el artista crea ilusiones de un amor ausente,
Poniéndote sobre tu espalda una pesada cruz.
Pero quien te ama no brilla como el artista,
Tan opaco que requiere de luz artificial para vislumbrar su figura.
Su virtud nuca salta a la vista,
Ni su corteza emana ternura.
Tan sólo un hombre que carece de hechizos alienantes,
Tan libre como la raíz en la tierra.
No posee luces fulminantes,
Ni puede volar pues la altura le aterra.
Simple, no compuesto de maravillas,
No es producto de sentidos engañosos.
Por poco un mendigo de vestiduras sencillas,
Capaz de destruir calabozos.
Quien te ama camina por el sendero acompañándote,
No siendo propietario de la luz anhelada.
Pero en cada día seguirá enseñándote,
Que sólo tú eres su mujer amada.
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