lunes, 13 de febrero de 2012

Las fundaciones públicas se utilizaron para cobrar más que Fabra

 

La Fundación valenciana para la atención de las víctimas del delito (Favide) resume el modo en que la Generalitat creó decenas de organismos semipúblicos durante la era de excesos que precedió a la crisis. Su directora, Eva Amador, estrenó el cargo en julio de 2007, el mes que se celebraba en Valencia la Copa del América, con un salario bruto anual de 69.000 euros. La subdirectora, María José Beneyto, hizo lo propio con un sueldo de 61.000 euros. Sus retribuciones eran superiores a las que perciben el presidente y el vicepresidente de la Generalitat, 67.615 y 57.599 euros, respectivamente.
 Amador explica que su sueldo se redujo hasta los 61.000 euros en 2008 y que en la actualidad, tras el decreto del Consell para controlar los excesos salariales, su salario y el de su subdirectora se ha reducido a 55.000 y 50.000 euros anuales, cada una de ellas.
Favide, que tiene como objetivo “atender, informar y asesorar a toda persona que haya sufrido un daño” como consecuencia de un delito y gestionar puntos de encuentro familiar, fue creada en 2004 cuando Fernando de Rosa —hoy vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial— era secretario autonómico de Justicia. La fundación fue creciendo en plantilla, hasta alcanzar los 103 empleados, abriendo sedes en todos los partidos judiciales valencianos.
El organismo se enfrenta ahora a la política de austeridad dictada por el presidente Alberto Fabra, que se ha declarado decidido a reducir las más de 55 fundaciones de la Generalitat —sin contar otras entidades sostenidas con fondos públicos— que todavía figuran en el sitio web del Gobierno valenciano. Sobre Favide pesa ahora un Expediente de Regulación de Empleo que afecta a 35 de sus trabajadores.
Las fundaciones actúan
como oficina de empleo
de gente afín al PP
A medida que se hinchaba, Favide recibía más críticas por parte de la oposición, que la describió como el lugar idóneo donde “colocar a familiares y afines al PP” y como una “plataforma política” en municipios que dicho partido no gobernaba. La eurodiputada socialista Josefa Andrés denunció que en la sede de Segorbe se había contratado a la familiar de un concejal del PP. En Nules, el puesto de abogado lo ocupó la cuñada de la entonces secretaria de las Cortes y diputada popular, María Fernanda Vida. En Vila-real, esa misma función la desempeñaba la nuera de Alejandro Font de Mora, en aquella época consejero de Educación.
Fuentes de la Consejería de Justicia y de la misma entidad afirman, por su parte, que la entrada en la fundación por la vía de la “recomendación” era habitual. En algunos casos se producían llamativas conexiones. La actual jefa de Administración de Favide es Nuria Facal, pareja del subdelegado del Gobierno en Valencia Luis Santamaría. Y Santamaría tuvo trabajando en su departamento (la dirección general de Modernización de la Consejería de Justicia, que dirigía) a la hija de la directora de Favide, Eva Amador.
La directora rechaza las acusaciones de enchufismo, y niega que la principal prueba para acceder a Favide fuese la entrevista personal, un elemento abierto a la subjetividad. “Nunca he estado en la valoración del nuevo personal. Lo han hecho técnicos siguiendo criterios como el currículo o la experiencia profesional”, indica.
La recomendación es la vía habitual para entrar en estos entes
El inicio de la fundación fue polémico. Su primer director fue Vicente Betoret, que compatibilizaba el puesto con la alcaldía de Vilamarxant y con la secretaría general del PP de la provincia de Valencia (cargos que continúa ostentando hoy) sin aparente contradicción.
La sede central de Favide estaba entonces en la cuarta planta de la Ciudad de la Justicia de Valencia, cuya propietaria es la Generalitat. “Es perfectamente lógico”, indicaba una portavoz de la Consejería de Justicia en 2006, “que Favide, que atiende a las víctimas del delito, esté donde está”.
En el año 2008, sin embargo, ya con Amador como directora, la fundación se mudó a la zona probablemente más cara de Valencia, la calle de Jorge Juán, entre la avenida del Marqués del Turia y la calle de Colón. Según fuentes de Favide, el alquiler del piso de 200 metros cuadrados costaba 3.000 euros al mes, pero la directora del organismo asegura que nunca se pagaron más de 2.000 euros.
Amador, que fue concejal en Torrent y más tarde diputada en el Congreso entre 1993 y 2000, tiene según su currículo estudios de bachillerato. En el contrato que firmó al entrar en Favide en 2007 figuras, en el apartado nivel formativo, “licenciados o ewuiv 55”, un código que las fuentes con experiencia en la materia consultadas no han sabido descifrar, y que consideran más bien “una homologación ad hoc. Es decir, que le han homologado personalmente su nivel de titulación para el puesto”. Amador aseguró, sin embargo, que su cargo, equiparado al de director general y de libre designación, no requiere ningún nivel de estudios mínimo para ocuparlo.
Tanto su contrato de 2007 como el de la subdirectora María José Beneyto (con quien este periódico intentó ponerse en contacto sin éxito, ya que al parecer se encuentra de baja), establecen que serán de dedicación exclusiva, no pudiendo prestar ningún servicio, por cuenta propia o ajena para otras empresas, “aunque la actividad de la misma no sea concurrente con la de la empresa”. Las fuentes consultadas y también una mera búsqueda en Internet revelan, en cambio, que Beneyto sí ha prestado servicios fuera de Favide, por ejemplo, en la privada Universidad Católica de Valencia.
Amador insiste en que su fundación “siempre ha trabajado con mucho sentido común” y “transparencia”. Y afirma que su sueldo inicial de 69.000 euros brutos al año debe tomarse en el contexto de 2007, “cuando el sector público estaba de otra manera”. Asegura que al año siguiente su sueldo disminuyó a cerca de 61.000 euros. Y que, con el nuevo decreto aprobado por el Consell para controlar los excesos salariales en órganos dependientes de la Generalitat, su salario se ha visto reducido “con fecha 1 de enero de 2012” a 55.000 euros para ella y 50.000 para su subdirectora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario