La obra causa admiración y estupor a partes iguales
La instalación, titulada “Cataplasma de cieno sobre mujer pequeña” mide
siete metros de altura y está realizada en poliéster de alta densidad,
nocilla, cemento armado y guano. Un año más, Arco, la Feria
Internacional de Arte Contemporáneo, intenta sorprender y provocar al
público con propuestas que se mueven entre el arte, la escatología y el
terror. Al margen de los artistas consagrados que acuden cada año, la
feria acoge a una selección de talentos emergentes que intentan hacerse
un hueco en el mercado y arriesgan al máximo con sus propuestas. Estos
artistas a menudo se alejan de la pintura y la escultura convencional
para adentrarse en territorios poco definidos pero que a nadie dejan
indiferente. La monstruosa réplica del peinado de Sáenz de Santamaría, y
un siniestro vídeo que reproduce el último Congreso del PSOE son
algunas de las obras que más estupefacción están provocando en los
compradores. Entre los participantes más controvertidos también está
Pasquale Da Vinci, un artista zamorano de 22 años, que expone “Siete
diputados cínicos sobre mina anticarro”, una instalación en la que siete
maniquís con traje de chaqueta y portafolios permanecen suspendidos a
sólo cinco milímetros de sendas minas anticarro. Otro enfant terrible,
Enrique Puta, valenciano afincado en Londres, presenta “Turrón de
mierda”, una enorme pastilla de turrón de casi dos metros de longitud,
realizada en caramelo y trajes de Milano. Al parecer, el Gobierno ha
estado presionando a la feria para que retire “Cataplasma de cieno sobre
mujer pequeña” pero el colectivo de artistas, autores de la obra, ya ha
advertido que se romperán los dientes contra el “Turrón de mierda” si
mueven la “Cataplasma de cieno” un solo centímetro.
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